Sin ser culpable, Emanuel Mendoza fue condenado por delitos contra la salud, pero, gracias a la Ley de Amnistía, el 25 de enero salió del penal de Acapulco, el mismo día que cumplió años su hija.

“Es una bendición que exista la Ley de Amnistía”: ex interno

Emanuel Mendoza está libre gracias a la Ley de Amnistía. Sin saberlo, el infierno de Rusty, como lo conocen en su comunidad de origen en la Costa Grande de Guerrero, comenzó en 2006, cuando alguien, a su nombre, envió por paquetería ocho kilogramos de marihuana desde Zihuatanejo, Guerrero, con destino a Estados Unidos. A partir de ese momento, Emanuel ya tenía una orden de aprehensión en su contra, acusado de transportar droga.

Tuvieron que pasar 14 años para que fuera detenido y no por un operativo de búsqueda de la Fiscalía General de la República (FGR), sino por una revisión de rutina en un retén de la policía de Guerrero instalado sobre la carretera en Chilpancingo. “Me sorprendí porque no sabía ni por qué ni de qué se me acusaba”, recordó.

Mujeres piden amnistía, con pintas de sangre en Toluca, para personas injustamente presas Desde entonces fue internado en el penal de Acapulco y, casi dos años después, un juez lo encontró culpable de delitos contra la salud y lo sentenció a una década de prisión, a pesar de que los únicos testigos, empleados de la empresa de paquetería, no sólo no lo reconocieron, sino que declararon que no podrían señalarlo. Para entonces, su defensor público federal ya había comenzado en la Secretaría de Gobernación (Segob) los trámites solicitando el beneficio de la amnistía para el señor Emanuel, la cual se la concedieron apenas unos días después de que fuera sentenciado.

“Cuando fueron a decirme que ya estaba libre por lo de la amnistía, no me la creí, dije: ‘¿Cómo puede ser? Si me acaban de sentenciar’”, exclamó.

“Prácticamente fue un milagro, porque se puede decir que ayer lo sentenciaron y hoy nos dan la noticia de que la amnistía fue aceptada”, evocó María del Carmen Ruiz, esposa de Emanuel. Para obtener su libertad gracias a esta nueva ley creada en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, el Instituto Federal de la Defensoría Pública se remitió a la situación de vulnerabilidad, en específico de pobreza, del señor Emanuel.

Y es que en San Luis San Pedro, donde ha pasado casi toda su vida, habitó en una casa con techo de cartón, paredes de madera y piso de tierra. En ese poblado ubicado en el municipio de Tecpán, a unas tres horas de Acapulco, el señor Emanuel gana unos 2 mil pesos al mes como integrante de una banda musical.

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