Chilpancingo paralizado por ola de violencia contra el transporte público

La capital de Guerrero quedó prácticamente paralizada este domingo tras la serie de ataques armados dirigidos contra unidades del transporte público, lo que obligó a choferes a retirar sus vehículos de circulación por temor a convertirse en blanco de nuevas agresiones.

La suspensión del servicio afectó de manera directa a miles de ciudadanos, quienes tuvieron que caminar largas distancias para llegar a sus hogares. Tomar un taxi tampoco fue una opción viable, ya que los pocos que permanecieron en operación elevaron sus tarifas hasta los 150 pesos por recorrido.

La crisis se originó el jueves pasado, cuando se reportó un presunto enfrentamiento en la comunidad de Rincón de Alcaparrosa, seguido de un bloqueo en Ocotito para exigir mayor seguridad. El clima de violencia escaló con dos ataques a comerciantes de pollo en el mercado Baltazar R. Leyva Mancilla, ocurridos entre viernes y sábado, y culminó el domingo con atentados contra un camión de la ruta Río Azul y una urvan hacia Amojileca, que dejaron como saldo a una mujer de la tercera edad y una niña lesionadas.

Ante la amenaza, el transporte público primero limitó recorridos hacia comunidades del sur de la capital, llegando solo hasta el bulevar Chilpancingo–Petaquillas. Más tarde, tanto rutas urbanas como sitios de taxi decidieron suspender por completo sus servicios. La falta de movilidad también impactó a comerciantes, quienes prefirieron cerrar sus negocios para resguardarse, profundizando la parálisis en la ciudad.

La situación recordó a los habitantes la crisis de 2024, cuando hechos similares de violencia provocaron la quema de unidades y el asesinato de choferes, obligando también a la suspensión del transporte.

En respuesta, elementos de la Guardia Nacional y del Ejército desplegaron operativos en las calles de la capital para inhibir más ataques. Sin embargo, la presencia de las fuerzas de seguridad no bastó para reactivar el servicio. Únicamente camionetas de Protección Civil y patrullas de Tránsito apoyaron a los ciudadanos que se desplazaban desde Petaquillas hasta el cuartel de la Guardia Nacional, donde eran trasladados hacia el centro de la ciudad.

Pese a la evidente paralización, las autoridades estatales emitieron un comunicado asegurando que el transporte opera con normalidad, en contraste con la realidad que se vive en las calles de Chilpancingo.

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