Una nueva polémica envuelve a la presidenta municipal de Acapulco, Abelina López Rodríguez, luego de ser captada portando un collar de la firma Van Cleef & Arpels, valuado en más de 227 mil pesos, lo que ha generado una ola de indignación entre la ciudadanía y en el ámbito político local.
Ante las críticas, la alcaldesa intentó justificar su uso asegurando que la joya fue un obsequio de la población: “Todo el tiempo me traen, encima de mí, no les gusta otra persona más que Abelina. ¿Yo qué culpa tengo de que haya un pueblo que me ame y me regale cosas?”, declaró tras la difusión de las imágenes.
La reacción pública no se hizo esperar. En redes sociales y espacios de opinión se cuestionó el contraste entre la ostentación del accesorio y la situación económica que enfrenta Acapulco, municipio que aún resiente las afectaciones del huracán Otis y mantiene pendientes administrativos por presuntas irregularidades en el manejo de recursos públicos.
El episodio se suma a otros señalamientos recientes. La Auditoría de Guerrero presentó denuncias por presunto ejercicio ilícito del servicio público, derivadas de observaciones por más de 898 millones de pesos sin aclarar. En respuesta, la alcaldesa ha sostenido que la rendición de cuentas del municipio se realiza directamente ante la Auditoría Superior de la Federación, e informó que se han solventado más de 520 millones de pesos correspondientes al ejercicio fiscal 2022.
Pese a sus explicaciones, la controversia por el collar ha intensificado el descontento ciudadano, al considerarse un gesto alejado del principio de austeridad que la administración asegura promover. Para muchos habitantes, el lujoso accesorio se ha convertido en símbolo de incongruencia política y desconexión con la realidad social del puerto, mientras la gestión municipal busca mantener una imagen de transparencia en medio de crecientes cuestionamientos públicos.


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