Familiares, amigos y habitantes de Zihuatanejo despidieron este fin de semana a Roberto Piza Ríos, conocido como Tamakún, reconocido como el Rey de los cocodrilos, en un emotivo homenaje realizado en el cocodrilario de Playa Linda, espacio que lleva su nombre y que marcó su legado de vida.
Entre aplausos y muestras de afecto, el féretro con sus restos fue trasladado hasta el cocodrilario alrededor de las 13:00 horas, generando la atención tanto de residentes como de visitantes que se encontraban en la zona. El ataúd fue colocado junto a una fotografía del homenajeado, como parte del último adiós al hombre que dedicó décadas al cuidado y protección de los cocodrilos.
Roberto Piza Ríos falleció a los 75 años de edad, hecho que fue dado a conocer durante el fin de semana. Su hermano, Praxedis Piza Ríos, quien viajó desde Atoyac para despedirse, recordó que Tamakún llegó a Zihuatanejo en la década de los setenta, donde desarrolló un profundo arraigo por la comunidad y por los reptiles que resguardó durante años.
Relató que, con recursos limitados, comenzó a alimentar a los cocodrilos utilizando desde un triciclo hasta cajas de plástico, en una época en la que no existía atención oficial hacia estos animales. Destacó que su hermano fue un hombre creativo y transformador que, sin apoyos institucionales, se convirtió en un referente del turismo local y en un defensor del respeto a la fauna.
Por su parte, su hija Jade Piza señaló que su padre mantuvo un amor incondicional por Zihuatanejo y por el cocodrilario de Playa Linda, sitio que visitó hasta que su estado de salud se lo permitió. Informó que estuvo enfermo durante tres meses y subrayó que, aunque su ausencia física es reciente, su legado permanecerá en la historia del destino turístico.
Agradeció las muestras de cariño recibidas tras su fallecimiento y la difusión de su trayectoria, aunque lamentó los comentarios negativos emitidos por algunas personas, los cuales fueron ignorados por la familia.
Finalmente, se informó que el cortejo fúnebre partió del cocodrilario hacia el panteón de Las Pozas, donde se dio sepultura a quien fuera considerado un personaje emblemático de Zihuatanejo y un símbolo del cuidado de los cocodrilos en la región.
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